Las autoridades italianas lograron arrestar a uno de los jefes más peligrosos de la mafia napolitana Comorra, Mariano Riccio, que estaba en la lista de los "100 criminales más peligrosos del país en la lista de buscados".
Riccio fue detenido en su casa durante una de las redadas de los carabineros de Nápoles. Además del criminal, su esposa y su pequeña hija también estaban en el edificio. El arresto y el arresto del delincuente fueron grabados por la policía en cámara.
Fue muy difícil atrapar a Riccio. Las fuentes de la mafia le informaron sobre la redada, por lo que Mariano recurrió al antiguo pero efectivo sistema de comunicación con sus familiares e intermediarios. Temeroso de que la policía pueda seguirlo, Riccio dejó de usar el teléfono móvil, y también trató de minimizar los viajes a Nápoles. Además, Mariano instaló muchas cámaras alrededor del perímetro de su casa, donde vivía con su esposa, quien resultó ser la hija de un mafioso, que ocupa un alto nivel en la estructura criminal de la región.
Sin embargo, los carabinieri todavía lograron seguir el rastro del jefe de Comorr y entrar en su casa. Riccio se entregó pacíficamente a la policía, maldiciendo el poco confiable sistema de video vigilancia.
Mariano - el representante más joven de los líderes de la mafia: Tiene solo 23 años y la policía ya lo pronostica 16 años en prisión por tráfico de drogas. Según algunas fuentes, durante más de dos años, Riccio ha sido el líder del clan Amato-Pagato, que forma parte de la Mafia Comorra, que controla una gran parte del sur de Italia.
Sin embargo, hay evidencia de que el poder de Comorra se extiende hasta la región de Florencia (Firenze).
Además de Riccio, unos treinta miembros de la mafia de Nápoles estaban en manos de las autoridades italianas. Todos fueron detenidos en la capital, y pronto serán acusados de fraude y extorsión. Los mafiosos arrestados son parte del clan Fuorigrotta.
Vale la pena señalar que hoy un grupo armado de delincuentes atacó un convoy frente al palacio de justicia en la pequeña ciudad de Gallarte, con la esperanza de liberar al líder de la mafia Ndraghetta Domenico Cutri, a quien los carabinieri trajeron para interrogarlo.
La policía fue atacada por cuatro personas desconocidas, pero como se estableció más tarde, entre ellos había dos hermanos del jefe de la mafia de Calabria, que atacaron el convoy. Los atacantes abrieron fuego, resultando en un hermano del jefe arrestado, Antonio Cutri, herido de muerte. Además, todo sucedió como en las mejores imágenes del género criminal: recogiendo a un compañero herido, los criminales se escondieron de la persecución.
Sin embargo, no olvidaron visitar la casa de la madre del joven moribundo, que murió en sus brazos en el departamento de ambulancias.
Los carabinieri locales trataron de detener al fugado Coutri y sus cómplices, pero la operación de "intercepción" fracasó. El ministro del Interior describió la fuga del jefe de la mafia como una "omisión muy grave", ya que la policía fue conocido de antemano sobre un posible ataque al convoy.